San Cosme y San Damián

Un recorrido circular visitando San Miguel de Foces en Ibieca, los embalses de Calcón y Vadiello, el monasterio escondido de San Cosme y San Damián y la atalaya de Santolaria (70 km - 1h 45 min)

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La ruta parte esta vez de Huesca ciudad, pero se podría adaptar a la conveniencia de cada cual. La idea es hacer una ruta circular que nos devuelva al punto de partida

Se sale de Huesca en dirección a Lérida. Nada más comenzar se remontan las curvas de Estrecho Quinto, donde estuvo el frente en la guerra civil.

Foto: jmbenol

Tras dejar el castillo de Montearagón a la espalda, se enfila una larga recta y en lugar de tomar la autovía se pasa por Siétamo hasta llegar al cruce de Ibieca, donde se gira a la izquierda para ir en dirección norte. Inmediatemente se llega a Ibieca.

Lo más interesante de Ibieca es la ermita de San Miguel de Foces, si se dispone de tiempo se puede visitar. Para ellos es aconsejable haber llamado antes al ayuntamiento de Ibieca, donde tienen una persona (normalmente, alguna joven del pueblo) designada para abrir y enseñar la ermita gratuitamente. Se llega hasta la ermita por un camino sin asafaltar aunque practicable.

San Miguel de Foces es una ermita bonita tanto por la construcción como por el entorno. No en vano está declarada como monumento nacional. Los sillares son perfectos y la portada está muy trabajada.

Foto: El románico aragonés

Es curioso saber que el templo se construyó como panteón familiar para la familia de los Foces. Desde luego, es un buen lugar para descansar.

La ruta continúa recto hacia la sierra de Guara por la tranquila carretera comarcal.Hay que estar atento porque en un momento se cruza con la carretera que lleva de Coscullano a Aguas, y parece que haga una "T", pero en realidad unos metros más hacia el oeste se coge el desvío que permite proseguir hacia el norte, con la vía más estrecha pero manteniendo un buen asfalto. De este modo se llega recto hasta una rotonda. En la rotonda se puede ir hacia la derecha para acercarnos hasta la presa de Calcón o hacia la izquierda para proseguir directamente hasta Vadiello.

Un corto tramo perfectamente asfaltado conduce hasta un mirador de aves rapaces justo sobre el embalse de Calcón.

El mirador del embalse de Calcón es más bien un aparcamiento con unos paneles explicativos y una barandilla que da sobre las aguas del pantano. En ocasiones recibe la visita de excurionistas ingleses que tienen gran afición a la observación de estas especies. Y vienen muy bien equipados, con su todoterreno y sus cámaras profesionales. Es un buen lugar para tomar el almuerzo tranquilamente.

A partir de la rotonda el camino se complica, ya que el asfalto finaliza para dejar paso a una pista de tierra: En su favor hay que decir que está muy bien cuidada y es muy ancha, y el propio terreno favorece que el agua no haga desperfectos sobre ella. La verdad es que por experiencia propia podemos afirmar que lo hemos hecho sobre una custom de neumáticos planos, con pasajero y cargada hasta arriba sin tener que poner los pies en el suelo, así que nadie debería tener problemas. Es fácil seguir la ancha pista desechando los desvíos de los lados hasta llegar a un cruce con carteles indicativos.

El cruce ofrece 4 posibilidades: hacia el norte se va a San Cosme y San Damián, hacia el este a la ermita de la Fabana, hacia el Oeste hasta la presa del embalse de Vadiello y hacia el sur la rotonda de Calcón.

El viejo monasterio de San Cosme y San Damián es uno de los mas increíbles lugares del alto aragón y, a pesar de ello, sigue siendo un gran desconocido para la mayoría, lo que no hace sino aumentar su encanto.
Es un conjunto de edificios medio escondidos bajo las impresionantes rocas del embalse de Vadiello, al estilo de San Juan de la Peña.

Foto: agodashi

A pesar del tópico hay que decir que el santuario de San Cosme y San Damián es un lugar mágico por muchas y diferentes razones: su entorno natural, tradiciones, leyendas y ritos. El santuario ha sido tradicionalmente un centro de peregrinación desde el más remoto pasado; consagrado a divinidades paganas protectoras de la salud, con el tiempo fue cristianizado y encomendado a Cosme y Damián, santos patronos de la medicina. Es posible que las reliquias de los santos fueran traídas desde Francia, con el paso del tiempo alcanzaron gran fama, hasta el punto que el 27 de septiembre de 1396 se fundó en Huesca una cofradía que, bajo su advocación, fue auspiciada por el rey Martín. El conjunto de edificios de San Cosme y San Damián se encuentra dispuesto en torno a una plaza rectangular, apoyados dichos edificios en su parte norte por el muro de conglomerado calizo peculiar de la zona. Adosada al santuario se encuentra la hospedería de peregrinos, en cuya espaciosa cocina se decía que podían ponerse troncos enteros en el hogar. En estas dependencias se encontraba "el cuarto del peso" en el que se hallaba una gran balanza, pendida del techo, y destinada a pesar a los sanados por los santos, los cuales debían entregar al santuario, en agradecimiento, su peso en trigo.
Fuente: www.liesa.info

Hasta hace unos años vivía en el lugar un buen hombre que, a modo de ermitaño, pasaba sus días entre la soledad de las montañas, recibiendo visitas de los habitantes de las localidades cercanas.

La excursión podría finalizar regresando por donde se ha venido tras ver el monasterio.  Pero merece la pena tener un poco de "espíritu aventurero" y tomar la pista sin asfaltar que va hacia el oeste rodeando el pantano y acaba en la misma presa de Vadiello. Las vistas son maravillosas

Las montañas que rodean el pantano son de pura roca. Hay "mallos" ( formaciones pétreas verticales) impresionantes, como los de Ligüerri, San Cosme o "El Huevo".

Foto: jaecheve

La presa de Vadiello es impresionante por lo alta que es y por el paisaje. La carretera que lleva hasta ella está excavada en la roca. Y si se ha llegado por la pista desde San Cosme, el paisaje ha sido impresionante.

Sólo se le puede achacar un defecto: pertenece a la Confederación hidrográfica y no se permite el paso al tráfico rodado sobre ella, por lo que qun puesto una barrera. Claro que... por al lado de dicha barrera pasa perfectamente una moto, y la presa no está vigilada. Merece la pena "saltarse" el código de circulación unos segundos para poder completar un recorrido circular, sobre todo teniendo en cuenta que no se perjudica a nadie. De este modo realmente se difrutará de una ruta fantástica.

La carretera que lleva de Vadiello hacia Huesca por el rocoso barranco del Guatizalema alterna rectas y curvas con túneles.

Es curioso ver, paralela a la carretera pero unos metros por debajo, una acequia excavada en la roca para conducir el agua a los pueblos cercanos.

Si queda tiempo disponible, se puede subir hasta Santolaria (renombrada en tiempos del franquismo como "Santa Eulalia la mayor") para visitar su atalaya.

Foto: e-stallo

El pueblo es pequeño y auténtico, se puede aparcar en cualquier calle y subir andando en un minuto a la atalaya, cuyo acceso se ha facilitado con una escalera de caracol que la rodea. Desde ella se puede ver toda la hoya de Huesca y el valle del guatizalema, no en vano servía de observatorio militar hace siglos.

De Santolaria a Huesca se vuelve por la carretera comarcal que pasa por Loporzano y acaba en Estrecho Quinto, donde desemboca en la nacional 240.